
Discurso Sivia Talavera. Jornada Literaria 2024/25
DISCURSO JORNADA LITERARIA 2024/25
¡Buenas tardes a todos!
Este año, una vez más, he tenido la oportunidad de cerrar el evento del día de hoy. Antes de empezar, quería dar las gracias tanto a dirección como al profesorado por confiar en mí y ayudarme en todo momento mientras preparaba este discurso.
Como ya sabéis, hoy hemos celebrado el Literature event en ISP, y hemos estado haciendo muchas actividades relacionadas con esta jornada para celebrarlo. Entre ellas, un taller de escritura y la entrega de los premios Ficcions del instituto. Dos actividades que, en lugar de enfocarse en leer —la palabra en la que enseguida pensamos cuando nos hablan de libros—, se centran más en escribir, esa otra parte de los libros que es crucial, pero que a veces se nos olvida.
En mi opinión, escribir es una manera más de hacer arte. El arte de las palabras es el que más nos afecta, y es que las palabras tienen el poder de cambiar todo: cómo vemos el mundo, cómo nos sentimos, qué hacemos… Con este poder podemos influir en la vida de otras personas y ayudarles a mirar en su interior. Las palabras nos remueven por dentro sin que nos demos cuenta, y producen cambios en nosotros que nunca antes habríamos podido imaginar.
¿Y qué hay mejor en un poder que saber usarlo? Los escritores son esas personas que llenan de ideas nuestro entorno, que son capaces de transformar lo cotidiano en algo extraordinario, de inventar mundos desde la nada. A veces se nos olvida lo mucho que debemos a quienes escriben. Porque sí, leer es fundamental, pero sin alguien que se atreva a escribir primero, no habría nada que leer.
Sin embargo, no siempre es necesario ser leído por alguien. A veces, las palabras que escribimos nos ayudan a asentar nuestros sentimientos y organizar nuestros pensamientos. Es decir, nos ayudan a entendernos a nosotros mismos y a desahogarnos. Las palabras pueden darle sentido a lo que vivimos y sentimos sin necesidad de que lo que escribamos sea perfecto. Personalmente, hace poco empecé a escribir un diario, y desde que sé ponerle nombre a lo que siento, regulo muchísimo mejor mis emociones. No es necesario escribir sobre fantasía o historias ficticias: a veces la realidad es lo que más impacto puede generar.
Aunque no nos lean millones de personas, las palabras que tenemos que decir tienen un valor y un significado impresionantes. Solo hace falta que nuestro escrito conecte con una persona para que cobre sentido, y esa persona, muchas veces, somos nosotros mismos.
Y eso también es literatura. No solo lo que se publica o se estudia en clase, sino todo lo que nace cuando alguien se atreve a escribir lo que lleva dentro. Así que, aunque a veces se nos olvide, escribir también es una forma de cuidarnos. Y tal vez eso sea lo más bonito de todo. Os animo a que escribáis historias, porque todo lo que tengáis que decir merece ser escuchado.
Eso es todo. Muchísimas gracias por haberme escuchado una vez más. Quería dar la enhorabuena a los finalistas y ganadores del concurso, pero también a todos aquellos que
se han esforzado por crear una historia de calidad. Estoy segura de que, si le ponéis ganas, vuestras palabras llegarán lejos.
¡Que vivan los libros!